Durante los años 50 las pruebas ciclistas en carretera o en circuitos urbanos en España crecían de manera constante. Público, patrocinadores y medios de comunicación se volcaban en un deporte que levantaba pasiones gracias a los éxitos de sus figuras, incluso en el plano internacional.
Por otro lado el ciclismo en pista también gozaba de grandes figuras capaces de plantar cara a nivel internacional. Basta con recordar los seis mundiales logrados por Guillem Timoner entre 1955 y 1965, una gesta excepcional en un momento en el que el deporte español apenas sacaba la cabeza más allá de nuestras fronteras. Tan solo las copas de Europa del Real Madrid y las gestas de Bahamontes en el Tour de Francia brillaban con luz propia. El resto, un erial.
Pero a pesar de que la modalidad en pista era uno de los ámbitos más competitivos fuera de nuestro país se encontraba en crisis. Progresivamente iba perdiendo el favor del público y de los medios, en detrimento de las pruebas en carretera cuya expansión era constante.
Para remediar esta situación surgieron diversas iniciativas. Una de ellas fue la organización de competiciones entre equipos ciclistas adscritos a pistas concretas, como si de una competición futbolística se tratase. Primero surgió en Cataluña; algo evidente, pues era el territorio en el que se concentraban la mayor parte de los velódromos existentes de España, amén de los de mejor calidad y mayor longevidad. Después en Mallorca (cuna del ciclismo en pista español) y finalmente se instauraría a nivel nacional, una competición que como veremos estuvo jalonada de dificultades y que nunca acabó de arrancar.
Una jornada intervelódromos consistía en la celebración de varias pruebas en aquellas modalidades típicas del ciclismo en pista: velocidad, persecución, eliminación, fondo o americana, disputadas entre corredores del equipo local y el visitante, cuya disputa otorgaba una puntuación (tanto ganadores como perdedores) que computaba para una clasificación general por equipos. No se computaban las victorias de equipo por pruebas ni jornadas, sino el total de puntos logrados. El equipo que lograba mayor puntuación se adjudicaba el torneo. Los sistemas de puntuación y las pruebas a disputar variaban en cada edición.
Los ciclistas participantes eran básicamente amateurs. De esta manera se intentaba fomentar la cantera ciclista, dar salida a jóvenes promesas y consolidar un calendario ciclista de base. Por otro lado, las figuras consolidadas preferían competir en pruebas de mayor calado (y que, en gran parte, se celebraban en el extranjero) y a título individual.
Con la fórmula intervelódromos se intentaba recuperar el favor del público, o al menos mantener el todavía existente y consolidar una afición fiel y constante a través de un formato de competición estable y reconocible por los aficionados.
1. Torneo Intervelódromos. Cataluña (1960-1963)
El primer torneo concebido fue a cargo de la Federación Catalana. En abril de 1960 se dio a conocer una primera preselección de velódromos que, finalmente, fueron los que disputaron el torneo. Inicialmente fue planteado con un formato de eliminatorias y una final absoluta disputada en el velódromo de Mataró, pero el formato fue sustituido por la liga a doble vuelta y todos contra todos. Éste patrón de competición no cambiaría a lo largo de los años.
1.1. Primera edición (1960)
Se celebró del 17 de julio al 18 de septiembre de 1960, con un total de seis pistas: Gràcia (velódromo Mostajo, Barcelona), Igualada, Lleida, Mataró, Tortosa y el Vendrell. Se disputó en diez jornadas y la puntuación final fue la siguiente: Mataró (1200 puntos), El Vendrell (1163), Lleida (1066,5), Igualada (1060), Gràcia (909,5) y Tortosa (834). Por tanto, Mataró fue el primer campeón.
1.2. Segunda edición (1961)
Esta segunda edición se disputó del 10 de junio a 17 de septiembre de 1961. Participaron un total de siete velódromos, los mismos de la pasada edición más la pista de Vilafranca. En esta ocasión se impuso Tortosa, seguido de El Vendrell. No disponemos de más datos.
1.3. Tercera edición (1962)
La tercera edición tuvo lugar del 15 de julio al 13 de octubre de 1962 con seis pistas: Gràcia (velódromo Mostajo, Barcelona), Lleida, Mataró, Tortosa, El Vendrell y Vilafranca. O sea, los mismos de la temporada pasada menos Igualada. Se impuso el equipo de Lleida.
1.4. Cuarta edición (1963)
La última edición se disputó del 20 de julio a octubre de 1963. Tan solo participaron cinco equipos, los mismos del año pasado menos la pista de Vilafranca y el equipo de El Vendrell se retiró durante la competición. Desconocemos quién fue el campeón.
Como podemos ver, en la última edición la fórmula de competición parecía agotada. Menos participantes, retirada de equipos y noticias en la prensa cada vez más aisladas que complican mucho saber el desarrollo del campeonato, puntuaciones y clasificaciones (algo constante desde el inicio de esta competición) hasta el punto de no aparecer reseñado ni el campeón de la última edición. Incluso es posible que el torneo no finalizara.
En 1964 ya no se celebró el torneo. Todo indica que el ciclismo en pista pasaba por un momento de crisis (nada nuevo, por otra parte) pero especialmente aguda en ese momento. Valga como ejemplo que ese año se clausuró la pista de Gràcia (velódromo Mostajo), entonces la única existente en Barcelona, que ya no volvería a abrir sus puertas. Que una ciudad como Barcelona careciera desde entonces de un velódromo activo muestra a las claras la alarmante crisis que padecía este deporte.
2. Torneo Intervelódromos. Mallorca (1964)
La fórmula de competición se implanta en Mallorca en 1964, aunque no hay solución de continuidad alguna con el torneo catalán recién clausurado. También fue disputado por ciclistas amateurs y como un torneo de liga a doble vuelta, pero en este caso organizado a principios de año a modo de pretemporada y previo al calendario oficial. Participaron un total de cuatro pistas de la isla: Campos, Palma (el Tirador), Pollença (Ca n’Escarrinxo) y Vilafranca. Se disputó entre enero y marzo, en ocho jornadas y se impusieron los palmesanos.
La competición no cuajó, a pesar de que Mallorca era una región con tradición en pista consolidada (muy por encima de las pruebas en carretera), que de allí habían salido buena parte de los campeones de España y que allí se ubicaba la que fue la mejor pista de España durante décadas hasta la construcción de Anoeta: el velódromo de Tirador, inaugurado en 1903 y base fundamental de la pista mallorquina. Así que solo se disputó esta edición, aunque de todas formas la creación del torneo nacional el año siguiente hacía innecesaria su continuidad.
3. Torneo Intervelódromos. Fase nacional (1965-1971)
En 1965 la Federación Española de Ciclismo acordó implantar el torneo como competición de ámbito estatal. Además de fomentar el ciclismo en pista, el torneo serviría como puesta a punto para los campeonatos mundiales que iban a celebrarse en el velódromo de Anoeta (San Sebastián), entonces en construcción. Se esperaba que la conjunción de ambos acontecimientos (torneo y mundiales) fueran un espaldarazo para la competición en pista, que perdía terreno ante las pruebas en carretera de manera alarmante.
3.1. Primera edición (1965)
Tuvo lugar del 26 de junio a octubre de 1965, con cinco participantes: Baleares (velódromo de Tirador, Palma), Lleida, Madrid (Palacio de los Deportes), Mataró y Tortosa. La clasificación final fue la siguiente: Baleares (85 puntos), Tortosa (80,5), Madrid (78,5), Lleida (57) y Mataró (53).
La victoria de Baleares fue, hasta cierto punto, lógica. Era la región con una tradición ciclista en pista larga y fecunda y sus corredores solían lograr grandes resultados, en pugna permanente con los catalanes. Pero a pesar de eso el velódromo de Palma adoleció de gradas casi vacías, a pesar de que el equipo se adjudicara la victoria final. Un mal augurio para la competición, que no conseguía su principal objetivo: despertar el interés del público.
3.2. Segunda edición (1966)
Se disputó hasta septiembre de 1966 con seis participantes. Se incorporaba el recién inaugurado velódromo de Anoeta (San Sebastián), Igualada y Tomelloso (Ciudad Real). En cambio fueron baja Madrid y, sorprendentemente, el campeón vigente (Baleares). La clasificación final fue la siguiente: Mataró, San Sebastián (Anoeta), Tortosa, Tomelloso, Lleida e Igualada.
Los mundiales de ciclismo en Anoeta de 1965 habían sido un éxito deportivo y de organización, hasta el punto de que dos españoles se habían proclamado campeones: Guillem Timoner (profesionales), por sexta vez y Miquel Mas (aficionados), ambos en la modalidad tras motocicleta. Ello debiera haber dado un empuje decisivo al torneo; pero esto no se vio reflejado en la competición, que acabó por cancelarse después de dos ediciones, seguramente por falta de público e inviabilidad económica.
3.3. Tercera edición (1970)
En 1970 la Federación Española de Ciclismo decidió reimpulsar el ciclismo en pista por enésima vez con la reinstauración del torneo. Se disputó del 5 de julio al 20 de septiembre, con seis participantes: Baleares (velódromo de Tirador, Palma), Igualada, Lleida, Madrid, Mataró y Tortosa. El formato seguía siendo el mismo, con un sistema de liga de todos contra todos y a doble vuelta. En total, diez jornadas.
Después de ocho jornadas la clasificación era la siguiente: Lleida (82,5 puntos), Baleares (76,5), Igualada (75), Tortosa (73), Madrid (62,5) y Mataró (51,5). Finalmente se impuso Igualada, después de una apretada competición.
A pesar de los esfuerzos federativos la competición no acababa de cuajar. Al menos en el caso de Baleares la situación era particularmente dantesca, con las gradas del velódromo de Palma prácticamente vacías un día tras otro. Prueba de la escasa atención que generaba son las noticias aparecidas en la prensa, hasta el punto de no aparecer la clasificación final ni menciones al equipo campeón. Sabemos que Igualada ganó esta edición gracias a que la prensa se refería a él como vigente campeón en la edición siguiente ¡un año después!
3.4. Cuarta edición (1971)
Edición disputada del 18 de abril al 21 de julio de 1971, con ocho participantes: los mismos del año pasado, más las pistas de El Tiemblo (Ávila) y Santa María (Mallorca). En total, catorce jornadas.
El 12 de junio la clasificación era la siguiente: El Tiemblo (102 puntos), Tortosa (90,5), Igualada (90), Lleida (88), Palma (74,5), Madrid (74), Santa Maria (60) y Mataró (51). El campeón volvió a ser el equipo de Igualada.
A pesar del incremento de participantes el torneo seguía sin despertar interés alguno y fue cancelado, esta vez de manera definitiva. La prensa apenas mencionaba su desarrollo y, como en la temporada anterior, sabemos quién fue el campeón gracias a alusiones puntuales en otras noticias de la prensa.
4. Torneo Intervelódromos. Epílogo (1973)
En 1973 se disputó una edición más, la última de la que tenemos constancia. Tan solo participaron cuatro pistas: Lleida, Mataró, Tortosa y Vilaseca. Las noticias son tan escasas y residuales que no sabemos cómo fue gestado, si fue un torneo nacional o catalán (de hecho los participantes eran solo catalanes), si llegó a finalizar y ni tan siquiera si hubo campeón. Tampoco hay ninguna clasificación disponible, definitiva ni provisional.
Conclusiones
La pujanza y expansión del ciclismo en carretera contrastaba con la irregularidad de la competición en pista, que progresivamente iba siendo abandonada por los aficionados. Los patrocinadores apostaban claramente por las pruebas en carretera o los circuitos urbanos, más espectaculares y fáciles de seguir por el aficionado medio.
Tampoco ayudaba la mala calidad general de las pistas españolas, ni su irregular distribución geográfica: gran parte de ellas se encontraban en Cataluña y la mejor de todas en Mallorca, a gran distancia de los aficionados peninsulares. La inauguración de Anoeta en 1965 y el mundial allí celebrado tampoco ayudó a revertir la situación. Incluso las figuras españolas en pista frecuentaban más las pistas europeas (y con éxito), pasando largas temporadas fuera de nuestro país.
Otro punto en contra fue el concurso de ciclistas amateurs casi en su totalidad. El público solo respondía ante la organización de pruebas de gran nivel y con el concurso de figuras nacionales e internacionales. Algo normal en cualquier deporte, pero que en el caso del ciclismo en pista acabó con su defunción de facto.
La Federación Española de Ciclismo impulsó el formato de liga entre pistas con el objetivo de revertir la situación en varias ocasiones, sin éxito. El torneo intervelódromos en sus diversas variantes geográficas y etapas cronológicas no hizo sino evidenciar todavía más el declive del ciclismo en pista durante estos años, a pesar de los esfuerzos por reconducir la situación hasta su práctica defunción durante los años 70 y 80.
Tabla cronológica de campeones
Año
|
Ámbito
|
Nº equipos
|
Campeón
|
1960
|
Cataluña
|
6
|
Mataró
|
1961
|
Cataluña
|
7
|
Tortosa
|
1962
|
Cataluña
|
6
|
Lleida
|
1963
|
Cataluña
|
5
|
desconocido (¿finalizado?)
|
1964
|
Mallorca
|
4
|
Palma (Tirador)
|
1965
|
España
|
5
|
Baleares (Tirador)
|
1966
|
España
|
6
|
Mataró
|
1970
|
España
|
6
|
Igualada
|
1971
|
España
|
8
|
Igualada
|
1973
|
España o Cataluña
|
4
|
desconocido (¿finalizado?)
|
Por Manuel García Gargallo
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