martes, 3 de octubre de 2017

Vicente Trueba Pérez


(Sierrapando, Torrelavega, Cantabria; 16 de octubre de 1905 – 10 de noviembre de 1986), hijo de José Trueba Sañudo y Victoria Pérez García, fue un ciclista español, profesional durante los años 1930.
Vicente era el tercer hijo de los ocho que tuvieron José Trueba Sañudo y Victoria Pérez García, una pareja de labradores acomodados.
Antes de él ya habían tenido dos hijos: Federico y José y después tuvieron a otros cinco: Avelina, Manuel, Fermín, Victoriano y Carmen.
Cuando Vicente era aún muy niño, en su familia había prendido ya la fiebre del ciclismo. Su hermano Federico corrió solamente dos carreras y tuvo una caída que le obligó a abandonar la afición.
Pero José, dos años mayor que Vicente y un gran ciclista, fue quien motivó sus inicios.
Los domingos le hacía ir con él a largos paseos, a los que debe sus primeros entrenamientos y el descubrimiento de sus grandes dotes.
Esa misma afición fue prendiendo en el resto de los Trueba. Después de Vicente, Manuel también andaba bastante bien, pero no tenía la suficiente afición.
Fermín fue uno de los mejores corredores de su tiempo y Victoriano también empezó y ganó el Premio de la Montaña en Santo Domingo y un año la Vuelta a Cantabria, pero siguió sus estudios aconsejado por el resto de los hermanos.
La primera bicicleta de los Trueba la compraron con el dinero que ganaron sembrando patatas, costó catorce o diciséis duros, no tenía marca, tenía el piñón fijo y era propiedad común de Federico, José y Vicente. Todos los vecinos tomaban prestada la bicicleta y ésta se fue estropeando hasta que desapareció.
Más tarde, el padre de la familia compró una flamante bicicleta inglesa, con la que José empezó a correr sus primeras competiciones.
Más tarde, cuando José se convirtió en un importante ciclista se compró una "Favor" francesa.
Al final, José acabó comprando otra mejor y Vicente heredó la "Favor", con la que hizo sus primeros escarceos en el ciclismo regional y con la que ya ganó algunos premios.
En el Tour de 1930 Vicente Trueba, que se había lesionado en una rodilla en Perpignan, subía las cuestas de los Pirineos a saltitos.
Eso llevó a Henri Desgrange, director del periódico L´Auto Velo y organizador de la prueba, a bautizar al corredor español como "la Pulga".
Desde entonces a Vicente Trueba se lo conoció como "la Pulga de Torrelavega".
Pero si ese año ya dio una lección de cómo se dejaban atrás los puertos, en la edición de 1932 el pequeño escalador dejó anonadado a más de uno.
Sin duda su momento más glorioso fue en la etapa Pau-Luchon, disputada el 12 de julio, con el Aubisque y el Tourmalet de por medio.
Trueba marchaba con el pelotón de cabeza hasta llegar a Eaux-Bonnes donde comienza el Aubisque.
Vicentucu, como lo llamaban sus paisanos, estaba ese día en vena y si el francés Archambaud empezó marcando el tren, pronto fue rebasado por el santanderino, a quien sólo podían seguir, con ciertas dificultades, los italianos Pesenti y Camuso y algo descolgados el también italiano Barral y el francés Faure.
Pesenti y Camuso no pueden aguantar el fuerte ritmo marcado por Trueba y sólo siguen Barral y Faure.
A media ascensión están a punto de alcanzarlo pero el español vuelve a atacar con ímpetu y empiezan a perder terreno hasta ser absorbidos por el grupo que marchaba detrás.
La ascensión de Vicente se hizo maravillosa y ya sacaba un kilómetro de ventaja a sus perseguidores cuando Faure, considerado el mejor escalador francés, lanzó un último intento.
Fue en vano porque "la Pulga" cruzó vencedor el Aubisque a las 9 horas y 45 minutos.
Trueba se lanzó al descenso con la mayor moral y deseos de ganar la etapa, pero varios contratiempos lo privaron de la victoria.
Llegó con los mejores a la meta y avanzó 30 puestos en la general.
Fue tan emocionante el espectáculo ofrecido por el español que Mr. Desgrange decidió que el Tour de 1933 tuviese un nuevo premio: el de la Montaña.
En aquellos años el recorrido era tan brutal que en 1933 todos los ciclistas - salvo cuatro - llegaron fuera de control en una o en otra etapa, pero los organizadores decidieron repescarlos para evitar que solo llegaran a París cuatro ciclistas.
Aquel año, Trueba batió el récord de la ascensión al Galibier (2h10m, es decir 23 minutos menos que la marca anterior!), coronó también en primera posición el Tourmalet, el Aubisque y hasta nueve puertos.
Así se convirtió en el primer rey de la montaña de la historia.
En la clasificación final terminó sexto, pero los cinco primeros habían sido repescados en alguna etapa o en otra, por lo que, reglamento en mano, el ganador del Tour debió ser la Pulga de Torrelavega.
Curiosidades acerca de Vicente:
La primera bicicleta de Vicente la compartió con dos de sus hermanos.
El primer "Tour" lo corrió sin cambio de piñón y le costó dinero.
En el Tour de 1930 el equipo de españoles en Perpiñán observó a los italianos bebiendo mucho vino y de muy buena calidad.
Entonces, los españoles se picaron y bebieron aún más que ellos.
Al día siguiente, Desgrange, el organizador de la vuelta dijo en los periódicos que los españoles eran unos borrachos.
Cuando se proclamó Rey de la Montaña, Vicente medía un metro setenta de estatura y pesaba cincuenta y cuatro kilos.
En Marsella le robaron siete minutos para "proteger" al ídolo francés Archambaud.
Inventó, sin darse cuenta, esa manera especial que tienen hoy todos los escaladores de poner las manos sobre el manillar a la hora de las subidas.
En una ocasión, después de haber terminado de correr el Circuito Vasco, acabado de llegar a casa, se puso a cargar, en compañía de un obrero, cuarenta toneladas de madera en un vagón de ferrocarril.
Fue el primer español en coronar en primer lugar el mítico Tourmalet. Fue en el Tour de 1933, en una etapa entre Tarbes y Pau, de 185 kilómetros, con carreteras inimaginables hoy en día y ataviado con los tubulares alrededor del cuerpo y con bicicletas que pesaban más del doble que las actuales.
Fue, también ese mismo año, el primer español en ascender primero a el famoso Galibier, batiendo además el récord de la ascensión.
En 1932 fue de Santander a Madrid en bicicleta para correr el Circuito de los Puertos, cuando llegó a Madrid fue a la Verbena de San Antonio de La Florida que se celebraba aquella noche y al día siguiente corrió.
Cuentan que una vez uno de los "ases" quería abandonar, pero quería hacerlo con honor, yendo en cabeza y con ventaja sobre el resto.
Vicente se enteró, salió en su persecución, lo alcanzó, lo dejó atrás y le dijo: "Ahora, si quieres abandonar, abandona; pero detrás de Vicente Trueba".
Paisanos de Vicente que estuvieron en la División Azul se hicieron famosos entre los alemanes por ser de Torrelavega y hasta los llamaban por el nombre del ciclista.
Se comenta que cuando las tropas italianas entraron en Torrelavega en 1937, un soldado de Benito Mussolini entró en una farmacia y preguntó a un chaval cómo se llamaba el pueblo.
El joven le dijo que se encontraba en Torrelavega y el soldado exclamó: "¡Hombre, el pueblo de la Pulga!"
Vicente nunca se ocupó demasiado del ciclismo, tenía su trabajo y le preocupaban sus negocios, corría por que le gustaba hacerlo como "hobby".
En el año 2005 recibe la Medalla del Tour de Francia a título póstumo, y la Medalla de oro de la Real Federación Española de Ciclismo.
Finalmente, el ciclista fallece el 10 de noviembre de 1986 a causa de una deficiencia respiratoria.


Vicente Trueba Pérez


Fuente: Texto, Marca, revista, Wikipedia y Sociedad Cántabra de Escritores

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